En este glosario encontrará algunas palabras que le pueden ayudar a entender mejor la información sobre desintoxicación de drogas, los términos de este índice se encuentran entre los más comúnmente utilizados. Nuestro equipo de trabajo periódicamente realiza revisiones para añadir y mejorar los términos necesarios, novedades, etc.
El delirium tremens se presenta en aproximadamente un 5% de pacientes alcohólicos que incurren en abstinencia súbita de alcohol. Es un síndrome grave, potencialmente letal, con una morbilidad cercana al 10%. Transcurridas las 72 horas de haber bebido la última copa de alcohol, generalmente es cuando hace su aparición el delirium tremens. Sin embargo, se puede desarrollar aún cuando no ha habido un cambio en el patrón de bebida. Por esta razón, en los servicios de urgencias pueden encontrarse pacientes que presenten los síntomas y signos propios del síndrome, aún cuando se hallan bebiendo.
Este síndrome presenta componentes neuropsiquiátricos característicos como el temblor, alucinaciones, confusión, agitación y signos de hiperactividad autonómica, tales como midriasis, diaforesis, taquicardia y taquipnea.
La ingesta diaria intensa de alcohol unida a la presencia del delirium tremens define la adicción a esta sustancia. La adicción y el subsiguiente síndrome de abstinencia se producen inevitablemente al beber en exceso diariamente durante un tiempo prolongado. Desafortunadamente no han sido suficientemente valoradas la cantidad de alcohol ingerido y la duración del consumo requerido para producir dependencia física y síntomas de abstinencia. Se cree que estos últimos se hacen evidentes en los pacientes que consumen diariamente entre 100 y 150 gramos de etanol durante dos o cuatro semanas.
La palabra “demencia” proviene etimológicamente del latín “de”: alejado, y “mens”: genitive mentis, mente. Consiste en la pérdida progresiva de las funciones cognitivas que provoca incapacidad para la realización de las actividades diarias, siendo causada por daños o desórdenes cerebrales más allá de los que pueden atribuirse al envejecimiento normal. Según el origen etiológico de este desorden, la demencia puede ser reversible o irreversible. Los déficits cognitivos pueden afectar a cualquiera de las funciones cerebrales, particularmente las áreas de la memoria, el lenguaje (afasia), la atención, las habilidades visuoconstructivas, las praxias y las funciones ejecutivas como la resolución de problemas o la inhibición de respuestas. Durante la evolución de la enfermedad se puede observar pérdida de orientación tanto espacio-temporal como de identidad.
La dependencia a una droga es el uso compulsivo de ésta, diferenciándose la dependencia física y la psíquica. Físicamente se manifiesta con posibles mareos, temblores, malestar muy importante y demás manifestaciones del "mono". La psíquica representa cambios emocionales, nerviosismo, necesidad por encima de todo de conseguir la droga. El síndrome de dependencia tarda varios días o semanas en pasarse, dependiendo de la droga.
La palabra “depresión” tiene su origen etimológico en el latín depressus, que signifca “abatido”, “derribado”. Consiste en un trastorno emocional identificado coloquialmente por un estado transitorio o permanente de infelicidad y abatimiento. Médicamente se define por un síndrome o conjunto de síntomas que principalmente afectan a la esfera afectiva, aunque también pueden presentarse afecciones cognitivas, volitivas e incluso somáticas. En el plano afectivo se observa decaimiento, tristeza patológica, irritabilidad o un trastorno del humor que puede limitar la actividad vital habitual o el rendimiento laboral, más allá de que su causa sea conocida o desconocida. También puede darse el caso de que la persona que padece depresión no vivencie tristeza, sino pérdida de interés y de la capacidad para disfrutar de actividades lúdicas habituales, así como una vivencia del transcurso del tiempo más lenta y poco motivadora. El diagnóstico es clínico en la mayor parte de los casos y debe diferenciarse de cuadros parecidos, como por ejemplo los trastornos de ansiedad.
La depresión es una enfermedad que puede tener consecuencias sociales y personales de importancia, que van desde la incapacidad laboral hasta el suicidio. Su origen es multifactorial, si bien pueden destacarse factores desencadenantes tales como el estrés, una elaboración inadecuada del duelo por la muerte de un ser querido, sentimientos provenientes de una decepción sentimental, haber vivenciado o contemplado un accidente, asesinato o tragedia, el atravesar una experiencia cercana a la muerte, el consumo de determinadas sustancias (como el alcohol en abuso u otras sustancias tóxicas) y factores de predisposición como la genética o un condicionamiento paterno educativo.
Respecto a los tratamientos para la depresión, se han propuesto varios tipos desde las diferentes escuelas psiquiátricas: el enfoque farmacológico a través de la biopsiquiatría, apoyado por los éxitos que han tenido los antidepresivos de las últimas generaciones (encabezados por la fluoxetina, la "píldora de la felicidad" del siglo XX), los procedimientos psicodinámicos implementados por la escuela psicoanalítica, o la terapia cognitivo-conductual, a través de propuestas conductuales y cognitivas.
Es el tratamiento que se sigue para terminar con una intoxicación o sus efectos. En los centros y clínicas de desintoxicación HPsis se investiga en tratamientos de desintoxicación de cocaína desde hace más de 20 años, formando un equipo multidisciplinar que trabaja la psicología y la psiquiatría orientadas a la deshabituación del consumo de drogas. Estos centros y clínicas empezaron a crearse en 1988 y están precisamente orientados a ofrecer a las personas con problemas de adicción a la cocaína una ayuda humana y profesional que les permita superar sus conflictos, sentirse acompañados en el proceso de recuperación y mejorar su calidad de vida.
Se cuenta para ello con un equipo profesional especializado en desintoxicación con una alta preparación, ofreciendo al paciente los tratamientos psicológicos y psiquiátricos más actualizados acompañados de un trato humano y cordial.
Etimológicamente el término diagnóstico procede del griego clásico, en concreto de la palabra gignosko (yo conozco), que en latín equivale a “gnoscere” que significa aprender a conocer, tener conocimiento, entender algo, conocer a fondo o en profundidad. De gignosko deriva diagignosko (yo distingo, discierno), de donde a su vez deriva diagnostikos (distintivo, que permite distinguir). Desde esta óptica se podría definir como el conocimiento necesario para el discernimiento.
El diagnóstico es el razonamiento dirigido a la determinación de la naturaleza, causa y origen de un trastorno, llegando a la identificación del mismo por los diversos síntomas y signos que presenta el paciente. Sería el arte o acto de conocer la naturaleza, causa y origen de un trastorno mediante la observación de sus síntomas y signos (indicio o señal de algo).
Los trastornos del sueño admiten numerosas clasificaciones, pero se pueden agrupar en dos apartados: las disomnias o dificultades para conciliar o mantener el sueño, como el insomnio (el trastorno más frecuente, sin duda), la narcolepsia o la apnea del sueño; y las parasomnias, que se producen durante el sueño, como el sonambulismo, el bruxismo (rechinar de dientes), el terror nocturno, pesadillas y la enuresis nocturna (orinarse durante el sueño).
En el tratamiento de desintoxicación de cocaína es imprescindible hacer un estudio de sueño detallado; controlar y ajustar un buen sueño es vital para el paciente adicto. En HPsis se estudia con detenimiento el sueño de cada paciente adicto, observándolo un mínimo de tres noches para ver sus reacciones durante sus diferentes fases del sueño.
Tipos de disomnias:
La dopamina (C6H3(OH)2-CH2-CH2-NH2) es una hormona, una fenetilamina según su estructura química, una catecolamina que funciona como neurotransmisor en el sistema nervioso central, activando los cinco tipos de receptores de dopamina D1, D2, D3, D4 y D5, y sus variantes. Es producida tanto en animales vertebrados como invertebrados y en muchas partes del sistema nervioso, especialmente la sustancia negra. También es liberada por el hipotálamo, donde cumple la función principal de inhibir la liberación de prolactina del lóbulo anterior de la hipófisis.
La administración de dopamina como droga no afecta directamente al Sistema Nervioso Central porque no puede atravesar la barrera hematoencefálica. Sin embargo, como fármaco actúa imitando la acción del sistema nervioso simpático, es decir, como simpaticomimético. En este sentido, puede promover el incremento de la frecuencia cardiaca y la presión arterial, o provocar efectos deletéreos como taquicardia o hipertensión arterial.
En pacientes que padecen enfermedades como Parkinson y la Distonía en respuesta a Dopa, L-Dopa (Levodopa), que es el precursor de la dopamina, se puede presentar un incremento en la cantidad de dopamina en el cerebro porque logra cruzar la barrera hematoencefálica. En la Enfermedad de Parkinson la destrucción de las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra terminan en la pérdida del control de los movimientos a cargo del Sistema Nervioso.
Debido a que varía según sea la vía de administración, resulta difícil cuantificar cuál es la dosis letal de cocaína. Sin embargo, puede considerarse:
El concepto de droga puede tener dos acepciones: una de ellas hace referencia a las sustancias de abuso, mientras que la otra define la droga como toda materia prima que sirve para elaborar medicamentos y tiene un origen biológico, donde la sustancia responsable de la actividad farmacológica de la droga es su principio activo.
Existen una serie de características que debe cumplir una droga para que sea considerada como tal:
En los últimos años, los químicos de ciertos laboratorios clandestinos se han dedicado a producir sustancias sintetizadas que tengan efectos similares o más potentes que las drogas clásicas, variando su estructura química. Es lo que se conoce como drogas de diseño. Estas drogas no se fabrican partiendo del producto natural de la planta, como la hoja de coca para la cocaína o el opio para la heroína, sino que mediante el uso de reactivos químicos que existen en el comercio legal, se originan en grupos farmacológicos de síntesis artificial.
Debido a que periódicamente se están sintetizando nuevas drogas y los expertos que las diseñan no se reúnen anualmente, el control del tráfico se hace difícil y acaban siendo productos que no se hallan incluidos entre las sustancias consideradas ilícitas por los convenios internacionales sobre estupefacientes y psicotropos.
El término proviene de la traducción del inglés “designer drugs” y aunque parezca algo novedoso en realidad no lo es. La mayor parte de estas drogas de diseño fueron productos sintetizados en su momento por la industria farmacéutica, durante los procesos para investigar nuevos medicamentos, donde muchos de esos productos resultantes se desecharon por ser nocivos para el organismo o por no reunir las condiciones para las que iban a destinarse.
El DSM-IV-TR “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales" establece que para poder diagnosticar la drogadicción como tal, la dependencia a sustancias ha de conllevar un patrón desadaptativo de consumo que conlleva malestar o deterioro (físico, psicológico o social) y junto al que han de darse, al menos, tres de los siguientes criterios en algún momento de un período continuado de 12 meses:
El DSM-IV, de la American Psychriatric Association (APA), es un manual de clasificación de enfermedades mentales que surge como consecuencia de la insatisfacción con el sistema CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades). Funciona por criterios, incorpora desarrollos de la experiencia clínica y avances de la investigación y es mucho más completo y preciso que el anterior.
En Europa se utiliza el sistema de codificación de la Clasificación Internacional de Enfermedades (10ª revisión) ó CIE-10 (antiguamente CIE-9-MC), de la Organización Mundial de la Salud (OMS); por este motivo en la mayoría de trastornos del DSM-IV figuran dos códigos.