Aceptación social del consumo de cocaína
La cocaína es una droga que desgraciadamente goza de buena imagen social, los adictos a la cocaína, bien integrados por lo general en la sociedad, usan la cocaína normalmente para el ocio de fin de semana porque asumen efectos facilitadores de diversión y de desinhibición.
El consumo de cocaína se asocia, erróneamente, a círculos de elevado nivel de vida, al éxito mundano y a ambientes de lujo, desconociendo que hoy en día es una droga que usan personas de toda clase social sin que el consumo aparezca restringido a determinadas escalas sociales. En España el consumo actual de cocaína no se correlaciona con ninguna población ni sub-cultura concreta.
Es llamativa la escasa percepción del riesgo que se registra en la población consumidora de cocaína en nuestro país, la mayoría de consumidores no ven a la cocaína como excesivamente peligrosa.
La persona adicta a la cocaína minimiza los graves efectos de la cocaína sobre su salud porque no son visibles en él a corto plazo y porque, en general, cuando aparecen, la mayoría de las veces no se atribuyen directamente al consumo de la droga. Los consumos limitados a los fines de semana contribuyen también a considerar su uso como fácilmente controlable.
La cocaína se consume por lo general en asociación con otras drogas, como el alcohol, el tabaco o el cannabis, que potencian los efectos de la primera. España se ha convertido en el país del mundo con más consumo y problemas asociados, superando a Estados Unidos y Reino Unido.
Existe especialmente un uso en el mundo de la noche, en personas no tan jóvenes con buen poder adquisitivo y muy activas socialmente, que en ocasiones manifiestan haber tenido o tener problemas relacionados con el consumo de cocaína. Es frecuente que se realice un consumo oculto en el exterior de los locales de ocio para evitar un posible control en el interior, aunque también se consume en éstos, sobre todo en los aseos y zonas reservadas. A menudo las mujeres son invitadas al consumo debido a que los hombres creen que este consumo favorece el contacto sexual.
El uso de cocaína es más frecuente durante la madrugada, cuando ya se han consumido otras drogas. En la actualidad, la cocaína se valora, sobre todo, porque predispone a la fiesta, disminuye la sensación de cansancio, permite prolongar la diversión y resulta, sólo a juicio de los consumidores adictos a la cocaína, un buen acompañante del alcohol.
Aunque la cocaína sigue asociándose en cierto grado al éxito y al prestigio social, esta imagen está diluyéndose.
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