La hipnosis es una técnica que nos permite acceder al inconsciente, haciéndole creer al consciente que se dispone a dormir, de esta forma se inhibe el consciente y se desinhibe el inconsciente.
Una vez conseguido esto, trabajamos y operamos con el inconsciente, con el fin de aliviar o acelerar el tratamiento de síntomas, trastornos o enfermedades tanto psíquicas como físicas, respetando siempre el código moral del paciente. Por lo tanto, la hipnosis es un estado natural provocado de una manera artificial. La hipnosis clínica es una ciencia que debe utilizarse siempre con fines terapéuticos.
Siguiendo la teoría psicoanalítica de Freud, la mente o aparato psíquico está estructurado en tres elementos, regiones, niveles o lugares que indican la profundidad de los procesos psíquicos: el consciente, el preconsciente y el inconsciente.
El nivel más periférico es el consciente, es la parte del aparato psíquico más próxima al mundo exterior, el lugar donde temporalmente permanecen las informaciones que recibimos del mundo que nos rodea y también de las experiencias que vivimos.
Estas informaciones recibidas y las experiencias vividas pasan a un nivel más profundo, el preconsciente, donde con relativa facilidad y a través de la memoria podemos acceder a los contenidos mentales aquí almacenados. El preconsciente sería la capa que hay entre el consciente y el inconsciente.
El nivel más profundo es el inconsciente y sus contenidos son difícilmente accesibles a la conciencia, a veces son vivencias traumáticas, informaciones reprimidas, o algún suceso desagradable que no nos conviene recordar. Aquí es donde entra la hipnosis clínica, con ella podemos acceder al inconsciente para aliviar o acelerar el tratamiento de síntomas, trastornos, enfermedades psíquicas, o especialmente para tratamientos de desintoxicación del consumo de cocaína.